Una puerta trasera es una forma o método de entrar en un sistema u ordenador, que no es por un medio habitual. Por ejemplo se puede usar una combinación de teclas (muchos fabricantes de software o programadores dejan algunas combinaciones de teclas secretas para poder acceder al sistema), o bien un programa para permitir el acceso remoto a un intruso o atacante. Los crackers o hackers suelen usar estos caminos para posesionarse de información en un sistema. Para instalarlos, se usan un troyano (programa generalmente gratuito con fines aparentemente buenos pero que en su interior esconde otro código de programa que realiza invisiblemente otra acción maliciosa), rootkits, gusanos, u otras formas.
No en todos los casos el fin de una puerta trasera es malicioso, puesto que muchos fabricantes de software, como comente antes instalan puertas traseras para facilitar el soporte técnico a sus usuarios de forma remota.
Cristóbal Aguilar
Sobre el autor